-Sueños de paz, igualdad y justicia-
Ayer soñé que
la guerra iba a desaparecer,
y que la paz
había encontrado nuevos campos y praderas
donde
florecer, en la hierba, en un nuevo amanecer.
Ayer soñé que
los montes marrones, los frescos lagos,
Y los cerros
ásperos, respiraban el aire del amor.
Con las
inmensas ciudades tragándose su propio dolor.
Ayer soñé con
las crepitas hojas de un árbol dorado que cayeron,
y se
perdieron en el túnel de la vida y el tiempo.
Soñé que flotaba en el espacio del universo y que la energía de mi cuerpo
era el verdadero templo.
Soñé que flotaba en el espacio del universo y que la energía de mi cuerpo
era el verdadero templo.
Ayer soñé con
aves y serpientes multicolores.
Con niños, jóvenes y viejos corriendo descalzos, sucios y flacos,
Con las
miradas perdidas en sus fantasías, tratando de volver a la
realidad.
Ayer soñé un
mundo nuevo, con igualdad y justicia.
Que las
fronteras de los países eran una ilusión ficticia.
Ayer soñé que
los soldados tiraban sus armas, sus fusiles y recolectaban
Flores, blancas y dulces.
Ayer soñé que los esclavos rompían las cadenas de sus manos y sus pies,
y luchaban por su libertad, por sus escuelas y por sus hospitales.
Soñé que estaba en África, en América, en Asia, Europa y Oceanía,
pero todos veníamos del mismo lugar.
Ayer soñé que mis enemigos se sentaban en mi mesa y me ofrecían
vino envenenado, los vi con sus caras sonrientes.
Pues no sentí miedo, se bien cual es la luz que me guía,
aunque los tenga a mi costado.
Ayer soñé que los opresores corrían hacia el mar intentando esconderse,
corrían y bebían la sangre de los inocentes como vampiros.
Se ocultaban atrás del sol, hasta que su día les llegó.
Ayer soñé que los esclavos rompían las cadenas de sus manos y sus pies,
y luchaban por su libertad, por sus escuelas y por sus hospitales.
Soñé que estaba en África, en América, en Asia, Europa y Oceanía,
pero todos veníamos del mismo lugar.
Ayer soñé que mis enemigos se sentaban en mi mesa y me ofrecían
vino envenenado, los vi con sus caras sonrientes.
Pues no sentí miedo, se bien cual es la luz que me guía,
aunque los tenga a mi costado.
Ayer soñé que los opresores corrían hacia el mar intentando esconderse,
corrían y bebían la sangre de los inocentes como vampiros.
Se ocultaban atrás del sol, hasta que su día les llegó.
Guzmán Corbo Pereira
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